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COCINA DE IDEAS

  • Antonio Bouso
  • 30 nov 2017
  • 5 Min. de lectura

COCINA DE IDEAS

Sebastián Suarez es el coordinador de proyectos del Centro de Estudiantes – Agrupación “La Fuente”– de la Facultad de Informática de la UNLP. Es uno de los referentes y estudiante de la facultad pública, que lleva adelante varias ideas como el diseño de una impresora braille que los mismos estudiantes plantearon en la Oficina de Desarrollo.


Sebastián Suarez, coordinador de proyectos de la Oficina de Desarrollo

(FOTO: Antonio BOUSO)


Un día maravilloso en la ciudad de La Plata. Mientras camino bajo la arboleda hacia la facultad de informática, voy pensando en la entrevista. La puerta de la facultad, abierta de par en par, invita a entrar y recorrer las instalaciones. Con su techo vidriado, la luz entra sin pedir permiso. Estudiantes conectados a sus notebooks en el hall del pasillo conversan en voz baja. Cada facultad tiene su propio ambiente, su manera particular de hablar. Digamos, sus propios genes.Informática, no escapa a esa realidad. Cuando uno habla con informáticos, es probable que automáticamente lo asocie con alguna tribu o con alguna película referente del tema. Algunos podrían encajar, otros definitivamente no.


Sebastián Suarez es el coordinador de varios proyectos que se están llevando adelante en la Oficina de Desarrollo. Lo encuentro en el hall de entrada de la facultad y vamos a la oficina. Mientras caminamos, me cuenta los inicios de la oficina y la dura batalla que tuvieron que dar, hasta que la facultad aprobó su funcionamiento y que dependa directamente del centro de estudiantes. Con orgullo, Suarez cuenta que la pelea dio sus frutos, ya que ahora“lo pueden utilizar alumnos o no de la facultad” para generar todos los proyectos que se quieran desarrollar. “Es la cocina de muchas ideas que se van dando”, afirma con entusiasmo Suarez.


EL lugar es sencillo, con algunas pc y cuatro escritorios que unidos hacen de una mesa central. Con un modesto armario, muchas cajas y mucha luz que entra por las ventanas. Suarez me pide las disculpas por el desorden en la oficina, al correr unas cajas y sacar dos de sus proyectos para mostrarme. Con voz pausada, comienza a explicar el primer proyecto: la impresora braille.


Prototipo de impresora BRAILLE de la Oficina de Desarrollo

FOTO: Antonio BOUSO


La impresora nace ante la necesidad de alumnos no videntes de la facultad de informática que no tenían el acceso a la información y se les volvía complejo el aprendizaje. Si bien no son muchos los alumnos, la necesidad de poder solucionar la problemática y extenderla luego a otras instituciones primo en el equipo de trabajo.


“La impresora braille es una impresora, como el nombre lo dice, que genera el código braille en una hoja de papel especial, un poco más grueso que el común que usamos todos los días, y es una impresora que esta, producida básicamente en bases a la tecnología de la impresión en 3D”,manifestó Suarez.


Construida con componentes sencillos y de fácil compra en el mercado local, la Impresora Braille permite ser construida a un costo $7.000, mientras que impresoras de marca reconocidas oscilan entre los $20.000 a $80.000. Este primer prototipo es el comienzo para que “toda institución u organización con o sin fines de lucro pueda acceder a ella. Eso es lo que venimos haciendo”, declaró Suarez.


El otro proyecto que también pasó la primera fase es el DRONE. A este proyecto, Suarez lo define “como más de investigación, de desarrollo”. Totalmente realizado con Hardware y Software libre. El hardware y software libre permite “investigar, copiar, desarrollar” enunció Suarez y además se lo puede “auditar y hasta incluso vender”, siempre citando las fuentes del trabajo previamente hecho y manteniendo la marca intelectual, llegado el caso.

Prototipo de la primera versión del Drone de la Facultad de Informática

FOTO: Antonio BOUSO


El “DRONE es de investigación. Está planteado para aprender el uso. Al crearlo empezamos a aprender cómo funcionaba. Una de las ideas que hicimos era reciclar motores de un disco rígido. Ahí nos dimos cuenta que no era posible. Después dijimos utilicemos el celular, que era la lógica del control, nos dimos cuenta que no era tan interesante sino que era más interesante armarlo de cero”.


En la búsqueda, fueron sumando a más personas al proyecto, como Emiliano, un ingeniero aeronáutico que aportó muchas ideas para que llegaran al producto final. El Drone, Suarez lo llama con sus siglas en ingles FPV, que significa “First Person View”, el cual explica Suarez “uno ve todo en primer persona, a través de una cámara”.


Ahora, el próximo paso “es vincularlo con los celulares, como puede ser el trabajo en común anexándoles ciertos sistemas que nos den algunas ideas para ver y detectar anomalías en carretas o filmar algunas cuestiones puntuales”, expresó Suarez.


En este primer paso, perfeccionaron el vuelo, materiales, construcción y diseño, dándoles la base para un próximo “hermano menor” como lo llama Suarez, a la segunda versión del Drone. Esta segunda versión, va a tener toda la experiencia del primero, más otras propuestas que se vienen sumando a la idea.


Todos estos desarrollos, explica Suarez, no podrían llevarse a cabo sin aporte del ministerio de educación de la nación, el cual permite financiar proyectos de investigación y desarrollo en las universidades.

El experto en informática deja en claro, que “estos proyectos son abiertos y están liberados en la web”: los planos del diseño, el software, los materiales que utilizaron y fotos de los desarrollos, todo está al alcance de la persona que lo requiera.Además, están preparando en un solo lugar para todos aquellos que necesiten descargarla información, les sea demás fácil acceso.

Sebastián SUAREZ con los proyectos de hardware y software libre.

FOTO: Antonio BOUSO


Muchos de estos proyectos son ideas que nacen y en esta Oficina de Desarrollo del centro de estudiantes en la facultad de informática, tienen el lugar ideal para iniciarlos. Mas se han encontrado que podían ir más allá del trabajo que realiza la facultad con su dirección de extensión y comunidad. Ahí también el centro de estudiantes aporta su trabajo y conocimiento, ampliando aún más con cursos, talleres, congresos, “donde el trabajo está totalmente abierto a la comunidad. Uno de los grandes pilares del centro de estudiantes es que los cursos y talleres son libres, salvo muy claras excepciones, son libres abiertos y gratuitos”, y detalla Suarez, “han venido chicos de un secundario hacer cursos de armado, reparación de computadoras, programación web como PHP. Han venido a ver reparación de celulares. Hemos hecho congresos como el festival de instalación de software libre, festival que se hace una vez al año”, explica Suarez.

Imágenes extraídas de la web. Diseñada por Antonio BOUSO


“Todos estos cursos, talleres, congresos y todo lo que hacemos”, explica Suarez, “son libres, abiertos y gratuitos a toda la comunidad y nosotros desde el centro de estudiantes nos tomamos el trabajo de difundirlo hacia afuera de la facultad”.También Suarez recalca la necesidad de que “el conocimiento no se quede solamente acá, como una isla estanca, sino que se vaya a otros lados.Para eso trabajamos estrategias muy fuertemente con las redes sociales y también mucho el boca a boca”.


Si el conocimiento nos hace libres, la facultad de informática y su centro de estudiantes están por la buena senda. Un viejo proverbio, atribuido a Ernesto “CHE” Guevara dice que “El conocimiento nos hace responsables”, y la facultad de informática y su centro de estudiantes trabajan en ello.

Entrevista original:




 
 
 

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